Aprender a pensar sobre ciencia y religión: La utilidad de los cuatro modelos de Ian Barbour | Leonel Contreras

«Barbour expresa que, a grandes líneas, la ciencia y la religión pueden relacionarse a través de cuatro modelos: conflicto, independencia, diálogo e integración. Si bien estos modelos son ampliamente conocidos y no son imparciales en su contenido, tengo la firme convicción de que todavía pueden ser una herramienta útil para “aprender a pensar” sobre ciencia y religión. En tiempos donde la ciencia ha sido casi totalmente capturada por intereses puramente apologéticos, los clásicos modelos de Barbour nos brindan un cierto respiro para llevar la conversación a un nivel más profundo y menos belicista. Estas fuertes impresiones justifican en parte la iniciativa de esbozar este resumen, que partió como un ejercicio de entretenimiento para ordenar mis propias ideas al respecto pero que luego se transformó durante el proceso en algo un poco más elaborado».

Conexiones entre el teísmo clásico y los principios de la ciencia moderna. Una aproximación histórica | Bruno de Jesús Rahmer

«Una versión obstinadamente persistente y sostenida sin mucha oposición en los círculos académicos, concibe a la ciencia emergiendo por primera vez con los antiguos griegos, deslizándose hacia una involución lánguida durante el medioevo y renaciendo en el siglo XVII a causa del influjo de las ideas enciclopedistas. En esta versión caricaturesca del progreso científico, tal cisma se atribuye frecuentemente a las “veleidades religiosas y oscurantistas” del zeigeist pre-moderno. Así, la revolución científica del siglo XVII y la marcha triunfal de la ciencia, es una consecuencia del hecho de que las instituciones sociales de antaño, lograron librarse de los grilletes de un sistema religioso inquisitorial e ignominioso».

El mito moderno de la Tierra plana medieval: ¿Creían los cristianos de la Edad Media que la Tierra era plana? | Pablo de Felipe

«Actualmente, la mayoría de las personas relacionan el terraplanismo como el más disparatado sinsentido y como una ‘herejía’ científica. Ser llamado terraplanista es el más extremo de los insultos ‘científicos’. Por más de un siglo, sin embargo, este mismo insulto ha sido lanzado contra un milenio de la historia de la Europa Occidental, considerado como el bastión del cristianismo terraplanista. El Cristianismo ha sido acusado de suprimir el conocimiento en esta ‘edad oscura’. Pero ¿hay algo de verdad en esta acusación?».