«Barbour expresa que, a grandes líneas, la ciencia y la religión pueden relacionarse a través de cuatro modelos: conflicto, independencia, diálogo e integración. Si bien estos modelos son ampliamente conocidos y no son imparciales en su contenido, tengo la firme convicción de que todavía pueden ser una herramienta útil para “aprender a pensar” sobre ciencia y religión. En tiempos donde la ciencia ha sido casi totalmente capturada por intereses puramente apologéticos, los clásicos modelos de Barbour nos brindan un cierto respiro para llevar la conversación a un nivel más profundo y menos belicista. Estas fuertes impresiones justifican en parte la iniciativa de esbozar este resumen, que partió como un ejercicio de entretenimiento para ordenar mis propias ideas al respecto pero que luego se transformó durante el proceso en algo un poco más elaborado».
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¿Qué tiene que ver el acelerador de hadrones con Pentecostés? | Leonel Contreras
«La manera característica de los pentecostales para concebir la acción divina genera problemáticas que son propias de un entendimiento del mundo como escindido de Dios. Desde una óptica pentecostal, el mundo siempre está animado por el Espíritu y preparado para una manifestación más intensa. Además, las acciones del Espíritu son entendidas en términos escatológicos y/o teleológicos como un adelanto de la venida del reino futuro de Cristo. A pesar de ello, estas interpretaciones operarían en un nivel distinto al de las explicaciones científicas, que no serían socavadas. En otras palabras, no habría una suerte de “solapamiento epistémico” entre las explicaciones naturalistas y el entendimiento pentecostal de la acción divina en el mundo natural».
Conexiones entre el teísmo clásico y los principios de la ciencia moderna. Una aproximación histórica | Bruno de Jesús Rahmer
«Una versión obstinadamente persistente y sostenida sin mucha oposición en los círculos académicos, concibe a la ciencia emergiendo por primera vez con los antiguos griegos, deslizándose hacia una involución lánguida durante el medioevo y renaciendo en el siglo XVII a causa del influjo de las ideas enciclopedistas. En esta versión caricaturesca del progreso científico, tal cisma se atribuye frecuentemente a las “veleidades religiosas y oscurantistas” del zeigeist pre-moderno. Así, la revolución científica del siglo XVII y la marcha triunfal de la ciencia, es una consecuencia del hecho de que las instituciones sociales de antaño, lograron librarse de los grilletes de un sistema religioso inquisitorial e ignominioso».
Del Nilo al Big Bang: Física para los que suspendían Física. Una reseña del reciente libro del PhD en Física Antoine Bret | Leo Contreras
«En un estilo amigable, aunque no menos riguroso, el físico Antoine Bret nos narra la historia del Big Bang en su recién publicado libro Del Nilo al Big Bang: Física para los que suspendían Física. A través de sus páginas -a ratos cargadas de humor- la pluma del autor nos traslada a los orígenes de esta teoría, su desarrollo y posterior evolución en el tiempo. Historia que en el pensamiento del autor encontrará un correlato con la búsqueda de la fuente del Nilo, identificada con los intentos de la comunidad científica para hallar un consenso. En el presente escrito daremos un breve vistazo capítulo por capítulo».
Las pistas de Dios en el universo según McGrath como fundamento para la construcción de una “Big Picture” teísta de la realidad | Leo Contreras
«Cuando hablamos de pistas no hablamos de “pruebas”, apunta McGrath en su libro Mere Apologetics. Una pista sugiere, pero no demuestra. Sin embargo, una gran cantidad de pistas pueden apuntar hacia una totalidad mayor que contiene el sentido del cuadro y, a la vez, provoca que cada pista brille con más fuerza y la veamos en perspectiva. Las pistas apuntarían a un marco explicativo, proporcionando “una narrativa” para lo que pensamos, vemos y sentimos. En otras palabras, si el cristianismo es verdadero, entonces deberíamos observar ciertas pistas de Dios en el universo».
El mito moderno de la Tierra plana medieval: ¿Creían los cristianos de la Edad Media que la Tierra era plana? | Pablo de Felipe
«Actualmente, la mayoría de las personas relacionan el terraplanismo como el más disparatado sinsentido y como una ‘herejía’ científica. Ser llamado terraplanista es el más extremo de los insultos ‘científicos’. Por más de un siglo, sin embargo, este mismo insulto ha sido lanzado contra un milenio de la historia de la Europa Occidental, considerado como el bastión del cristianismo terraplanista. El Cristianismo ha sido acusado de suprimir el conocimiento en esta ‘edad oscura’. Pero ¿hay algo de verdad en esta acusación?».